Consultoría y Asesoría, ¿qué las diferencia y cuál necesitás?

Consultoría y Asesoría, ¿qué las diferencia y cuál necesitás?

Muchas veces se usan como sinónimos, de forma indistinta, pero de acuerdo a algunos autores y descripciones, no son equivalentes. Tienen diferencias, mayores o menores, y depende también mucho de como las aplica cada consultor o asesor. Aquí una mirada más sobre este tema.

Tabla de contenidos

  1. Definiciones y puntos en común entre asesoría y consultoría
  2. ¿Qué estás necesitando y qué gustarías de encontrar?

Definiciones y puntos en común entre asesoría y consultoría

asesorar

De asesor. Del lat assessor, -ōris, der. de assidēre ‘asistir, ayudar‘.

  1. tr. Dar consejo o dictamen.
  2. prnl. Tomar consejo del letrado asesor, o consultar su dictamen.
  3. prnl. Dicho de una persona: Tomar consejo de otra, o ilustrarse con su parecer.

consultor, ra

Del lat. consultor, -ōris.

  1. adj. Que da su parecer, consultado sobre algún asunto. U. t. c. s.
  2. adj. consultante. U. t. c. s.
  3. m. y f. Persona experta en una materia sobre la que asesora profesionalmente.
  4. m. Experto, a veces laico, que es convocado para asesorar en los concilios y en algunas congregaciones de la curia romana.

Interpretando al consultoría y buscándole la vuelta al asesoramiento

Ambas definiciones proveen suficientes términos orientados a que sea un enfoque u otro que podamos darle, en su amplitud linguística, sirven de ayuda, asistencia o colaboración en base a conocimiento, experiencia.

Aunque parezca que asesorar es una definición más light y que carece de opinión profesional el dictamen u opinión, no es más que caer en lo estricto de la definición que, como sabemos, es una guía quizás incompleta y donde el uso y costumbre del idioma rellena esos espacios.

Ahora bien, si hay un ápice de diferencia en donde vamos a ahondar brevemente, más no es idea de hacer un tratado definitivo siempre que las condiciones de consultoría o asesoría estén claras en una relación contractual, y es la que surge de interpretaciones de esto en diferentes contratos y autores, donde impulsan que: asesorar es acompañar, consultar es recibir respuestas.

¿Qué tenemos de diferente entonces?

Que la asesoría es un acompañamiento más o menos prolongado, abierto de agenda, donde ambas partes construyen. En cambio, la consultoría, es más un espacio de hacer preguntas y recibir alternativas o respuestas novedosas.

El consultor, por lo tanto, se terminará convirtiendo en una especie de guía. Es a quien le plantearemos algunos problemas y nos dará su visión, en base a experiencia, conocimiento y también algo de creatividad, de como se podría encarar el desafío.

En otras oportunidades también podría tener un rol de iluminar sesgos que se tengan, dar lubricación al equipo y que mueva de mejor manera sus engranajes o incluso un enfoque de aportar seniority en esquemas donde el equipo al cual se asiste no ha pasado por estos desafíos y se encuentra en una visión junior del tema (aunque puede ser experto en cosas similares).

¿Qué estás necesitando y qué gustarías de encontrar?

Sea que busques consultoría o asesoría, es fundamental encontrar un poco de guía u orientación. Y para eso siempre hay asesores y consultores que ofrecen allanar el camino pero mas no avanzar luego con el proceso de consultorio o asesoramiento. Son, justamente, orientadores de un proceso, el previo de iniciar la consultoría o asesoría.

A estos se les conoce desde hace años y cada vez más populares como «facilitadores». Su rol es dar fluidez a las operaciones, consultas, una red de contactos y una visión global de la situación o el análisis necesario, para luego apoyar el proceso de incorporar consultoría o asesoría, sea que la ofrezca el mismo facilitador, un buró socio, donde es partner, algún contacto o ayude en encontrar quien adecuadamente pueda brindar alto valor y acompañar parte del proceso.

Y entonces el consultor dijo: «Ayúdate que yo te ayudaré»

La Biblia (de algunos consultores).

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Como una asesoría y/o consultoría puede ayudarte

En los procesos de asistencia, como para poner un punto medio entre los términos que venimos analizando, creo y en mi experiencia es fundamental, que el que facilita no imponga, y quien recibe la información la cuestione, pero no por sólo deporte de cuestionar.

Las consultorías y asesorías no son mágicas. Son más bien acceso a experiencia y conocimiento que la persona u organización que convoca no tiene o la tiene desordenada y/o incompleta. Pero, y en definitiva, va a tener que decidir y 99.99% es responsable de la implementación y seguimiento.

Lo más complicado, siempre, en todo proceso de asistencia, termina siendo el aprehender (y no solo aprender), de apropiarse de las ideas planteadas y comenzar a implementarlas, aplicarlas, seguirlas y hacerlas propias, reformularlas y volver a implementar. Volver hábito útil lo aprendido, donde no se reniegue y sea natural. Es más fácil decirlo que hacerlo, y es parte de ambas partes, pero un 99.9%

Una mano lava a la otra y las dos juntas lavan la cara.

Frase de las abuelas

Por último, pero no menos importante: entonces, ¿consultoría o asesoría?

Entonces. ¿Cuál necesitas? Si dudas si buscas asistencia, creo que a esta altura voy a defraudarte diciendo «cualquiera de las dos», pero sin dudas habrás leído este artículo y cuan monólogo de autoayuda seguramente tendrás una mezcla de ideas con las que ir escribiendo en papel o en digital algunas consideraciones, ideas y necesidades.

En los alcances del proyecto de asesoría o el plan de consultoría, seguramente irán delimitadas las dinámicas de trabajo, responsabilidades y encuadre que se dará. Allí está la clave, y quizás no tanto en una terminología u otra.